A la mayoría de las personas nos gusta creer que poseemos una comprensión básica sobre porqué sentimos lo que sentimos. Como siempre, estamos aquí para revelar que mucho de lo que creemos saber es algo totalmente equivocado. Pero, aunque la mayoría crea tener cierto grado de control sobre sí mismos, descubrirán que las emociones son dictadas por el mundo exterior, en ocasiones de formas que pueden resultar bastante extrañas y chocantes. Dale un vistazo.
1. Entre más grande se siente una persona, peor se comporta.
No es preciso ser dueño de un talento especial para distinguir a una persona demasiado segura de sí. Las personas así generalmente andan con el pecho levantado, hacen gestos pronunciados con las manos y ocupan el máximo espacio posible en determinado ambiente. Todo en ella, desde su postura, su lenguaje corporal y la forma en que se comporta deja en claro el mensaje que desean transmitir: “soy el centro del universo, deja de hacer lo que estés haciendo y contempla mi presencia”.
Por otro lado las personas tímidas, que hacen hasta lo imposible por no destacar de ninguna forma. Suelen colocarse en los rincones, mirando hacia abajo y buscando un lugar donde esconderse. Pero, a pesar de esas diferencias abismales – lo creas o no –, se puede cambiar la actitud de una persona en relación al mundo que lo rodea, forzando su lenguaje corporal en determinada dirección.
Un grupo de investigadores llevó a cabo un experimento para la revista científica Psychological Science, en el que una selección de individuos llevaba a cabo algunos ejercicios de estiramiento, bajo la excusa de que en realidad se estudiaban los efectos del estiramiento sobre el cuerpo humano. A continuación, los científicos seleccionaron a las personas investigadas de forma aleatoria para que adoptaran posturas largas o contraídas.
Antes del inicio del ejercicio, se les informó a los participantes que recibirían $3 dólares por su participación, pero luego de los ejercicios de estiramiento, los investigadores pagaron de forma deliberada 8 dólares, de forma que pareciera un error (por contener un billete de 5 dólares más que lo convenido). El 78% de las personas que recibieron instrucciones de adoptar posiciones más expandidas, con una posición corporal que denotaba confianza, se quedaron con el dinero extra. Sólo el 38% de las personas del otro grupo decidió no regresar los 5 dólares adicionales.
Estos resultados también pueden ser la explicación a otro fenómeno que conocemos muy bien: porqué las personas que conducen autos grandes son más avasalladores en la carretera. En otro experimento, los investigadores reclutaron a 71 individuos y los colocaron en un simulador de conducción realista, algunos con asientos largos y espaciosos, como en una camioneta grande, y otros en asientos apretados, como los de un auto sedan promedio.
Como era de esperarse, los conductores sentados en los asientos más grandes presentaron una tendencia a conducir de forma más imprudente y se mostraron más propensos a atropellar a alguien y huir, en vez de socorrer a las víctimas, como mandaban las reglas.
Después, para confrontar estos datos y descubrir si el sentimiento de impunidad está relacionado con el tamaño del automóvil en la vida real, los investigadores monitorearon casos reales de infracciones de estacionamiento en doble fila en la ciudad de Nueva York durante los días hábiles, desde el mediodía hasta las siete de la noche.
Con esto pudieron constatar que el simple hecho de que una persona conduzca un auto grande aumenta la probabilidad de que se estacione en doble fila de 51 a impresionantes 71%. Aunque los investigadores tomaron en cuenta el hecho de que los automovilistas de autos grandes pueden tener más dificultad en encontrar espacios de estacionamiento los suficientemente amplio, vieron una fuerte relación entre la imprudencia y el tamaño del auto más grande.
2. El clima te afecta más de lo que imaginas.
Todo mundo ama los días soleados – a no ser que formes parte del clan Cullen – y es común que el ánimo decaiga cuando nos enfrentamos a una mañana fría y gris. Bueno, eso tiene un poco de sentido común, pero la realidad es que el sol tiene un papel más importante en el día a día de la sociedad de lo que probablemente imaginas.
Seguramente alguna vez has realizado alguna compra impulsiva, y después de un tiempo te preguntaste cómo fue posible que te convencieran de adquirir tal producto. Pues seguramente sucedió en un día soleado. Estudios han revelado que un clima agradable puede afectar la capacidad de tomar elecciones, volviéndote temporalmente más tonto y más susceptible a ser engañado.
En uno de estos estudios, 122 estudiantes fueron abordados en días soleados o nublados y se les encomendó la tarea de hacer una investigación sobre un tema urgente. En los días de sol, los alumnos resultaron más fácilmente persuadidos por argumentos débiles, como si el clima agradable de hecho fuera capaz de hacerlos sentir más positivos y optimistas respecto a todo.
Se obtienen los mismos resultados cuando le propones a alguien tener una cita contigo. En otro experimento, los investigadores solicitaron a hombres atractivos la azar abordar a 500 mujeres en días nublados y en días soleados para invitarlas a salir por la noche. Según lo esperado, las mujeres se mostraron más receptivas y aceptaron más invitaciones en los días de sol en comparación de los nublados.
Y esta historia se vuelve cada vez más extraña. Si trabajas como mesero, intenta dibujar un pequeño sol en la parte inferior de la cuenta del cliente. Así nada más:basta con el dibujo de un sol para que las personas instantáneamente se sientan más generosas y den propinas mayores – independientemente de si el sol brilla o no afuera.
Y hay más. Los investigadores también notaron que las bolsas de valores son especialmente activas en los días soleados. Y no solamente en Wall Street – analizaron las 26 principales bolsas de valores alrededor del mundo a lo largo de 15 años y encontraron el mismo patrón. La razón viene del mismo factor psicológico del buen tiempo: los inversionistas, por más conservadores que se muestren, se sienten más dispuestos a asumir riesgos, porque, después de todo, hace un día tan bonito afuera que nada puede salir mal en un día tan hermoso.
3.
Finalmente te decidiste a comenzar a escribir aquel libro cuya historia has desarrollado en tu cabeza durante los últimos años. ¿Qué lugar crees que sería el ideal para que finalmente des a luz a tu obra maestra? ¿Una casa de campo de ensueño, con un césped verde que se extiende hasta el horizonte, donde hasta el agua del estanque parece ser un poco verde, suena al lugar perfecto, no?
Sí, y la ciencia explica el por qué. Aparentemente, refugiarse en la naturaleza puede tener más beneficios para la creatividad que solamente la paz de un interior y el canto de los pájaros. Seguramente ya has leído sobre las diversas y exquisitas formas en que los colores controlan la mente, específicamente los colores rojo y azul, que afectan todo, desde la forma en cómo haces un examen hasta que tan rápido te curas de una herida. Pero, como puedes suponer, eso no es todo – hay otras tonalidades en este espectro de colores que hacen cosas muy raras con nuestro cerebro: exponerse a un color verde aparentemente puede aumentar la creatividad.
En un estudio, los investigadores proporcionaron una serie de pruebas creativas a los participantes de un equipo después de exponerlos al color verde durante apenas dos segundos, mientras que a un segundo equipo lo expusieron a colores diferentes, como el blanco, gris, rojo y azul.
En una prueba, los participantes fueron desafiados a inventar el mayor número de usos creativos para una lata en un tiempo de dos minutos, mientras que en otra, los participantes tuvieron que desarrollar el máximo posible de formas diferentes de partir una determinada figura geométrica.
Aunque los participantes no fueron informados sobre las intenciones de los investigadores, en todos los casos, los que habían sido expuestos al color verde presentaron un desempeño superior en cuestión de creatividad respecto a los otros.
Los científicos llamaron a este fenómeno “el efecto verde” (vaya ironía ¿no?, necesitan un poco de verde para encontrar un nombre más creativo), y aparentemente está relacionado con el hecho de que el verde es el color de la naturaleza y nuestros cerebros evolucionaron para trabajar de forma más eficiente en un ambiente con una visión tranquila de árboles y hierba.
4. El sólo hecho de pensar en dinero puede deprimirte y volverte poco ético.
¿Te has preguntado por qué las personas que están obsesionadas con el dinero son muchas veces tan miserables, a pesar de tener a montones?Claro, hay excepciones, pero muchas veces pareciera que quienes se interesan demasiado en este asunto se trasforman en “lobos de Wall Street”.
Experimentos han demostrado que, por algún motivo, el siempre hecho de pensar en dinero hace que las personas se vuelvan más infelices (y, ocasionalmente, un poco malignas). Y ni qué decir del hecho de que pasar todo el día contemplando sus estados financieros acaba por arruinar su humor – lo que sería obvio. Los experimentos muestran que hasta un recordatorio momentáneo y subconsciente de que el dinero existe ya es suficiente para deprimir el ánimo de la mayoría de las personas.
En un estudio, los investigadores solicitaron a un grupo de voluntarios que completaran un pequeño cuestionario. Después, recibieron una barra de chocolate como recompensa. Para la mitad de los participantes, el cuestionario venía con la imagen de una moneda o de un billete, que rápidamente refería a la idea del dinero.
Pese a que aquello no era dinero de verdad y nadie dijo a los participantes que recibirían alguna compensación económica a cambio, las personas que vieron la imagen informaron haber sentido menos placer al comer el chocolate respecto a aquellos que no habían visto el dinero. La degustación al comer el chocolate no dio tanto placer después de que los participantes observaron un simple recordatorio de que el dinero existe.
En otro experimento, un grupo de científicos dividió 50 sujetos en dos grupos. El primero fue expuesto a una variedad de frases y estímulos relacionados con el dinero, así como a diversas frases neutrales, mientras que el segundo grupo fue expuesto exclusivamente a estímulos neutrales. A continuación, todos los participantes tuvieron que calificar cual sería la probabilidad de que ellos mismos cometieran una variedad de acciones moralmente cuestionables, por ejemplo, hurtar material del escritorio. Los individuos que habían sido expuestos a los estímulos monetarios, que incluían cosas muy simples, como palabras e imágenes relacionadas al dinero, se mostraron más dispuestos a involucrarse en comportamientos deshonestos.
Los especialistas teorizan que el pensamiento sobre el dinero provoca en nosotros una condición fisiológica llamada “cuadro de decisión de negocios”. Siempre que el tema del dinero sale a flote, nuestro cerebro entra en un modo egoísta, que resulta en una elevación de la probabilidad de pensar en uno mismo antes que en los demás.
5. Usar las teclas del lado derecho del teclado te hace más feliz.
Finalmente llegamos a un tema tan extraño que la ciencia no ofrece ni siquiera una pizca de lógica para explicarlo. En varios experimentos, los participantes informaron sentirse más felices cuando pensaban en palabras que son escritas en el lado derecho del teclado. Y no, no tiene nada que ver con el hecho de que los individuos fueran diestros o zurdos – funcionaba igual en ambos casos.
En una investigación en particular, los participantes del estudio observaron una lista de palabras aleatorias y las calificaron como positivas o negativas, teniendo en consideración la forma cómo las palabras los hicieran sentir (¿Extraño? Totalmente, pero los resultados son aún más perturbadores). Y para tener la certeza de que esto no sucedía exclusivamente con el idioma inglés, los investigadores elaboraron una lista semejante en español y holandés.
En los tres idiomas, los participantes de la prueba analizaron todas las palabras y llegaron a la conclusión de que las palabras que se escriben del lado derecho del teclado en una computadora son, de alguna forma, más positivas que aquellas formadas en el lado izquierdo. El efecto fue tan evidente que cada letra extra del lado derecho del teclado QWERTY que aparecía en la palabra elevaba el sentimiento de positividad en un 4%.
¿Qué sucedió? Bueno, los investigadores realmente no tienen ni idea. Como hemos mencionado, la respuesta obvia seria que la mayoría de las personas eran diestras y, por eso, prefieren las palabras que son más fáciles de escribir con la mano dominante. Pero esta no es una buena explicación, toda vez que el mismo resultado se obtuvo entre personas zurdas.
Otro argumento que contraría esta hipótesis es que difícilmente las personas se detienen a analizar donde se sitúan las letras de cada una de las palabras en el teclado (sin mirar letra por letra ¿te darías cuenta que “casa” puede ser enteramente escrita solo con la mano izquierda, mientras que probablemente escribas “monopolio” únicamente con la mano derecha?).
Otra teoría es que el inventor del teclado QWERTY hablaba inglés e inconscientemente posicionó todas las letras positivas en el lado derecho, pero eso tampoco debería ser una influencia, ya que el mismo efecto fue observado con palabras en español y holandés.
Y la situación se vuelve aún más extravagante. El “efecto QWERTY” como los investigadores resolvieron nombrarlo, fue puesto a prueba al extremo cuando los científicos elaboraron una lista con más de 1,600 palabras sin sentido y, a continuación, solicitaron a los 800 individuos que habían participado en la prueba anterior que las calificaran. Las palabras en las que predominaban las letras del lado derecho del teclado siguieron siendo evaluadas más positivamente que aquellas con más letras del lado izquierdo del teclado, pese a que estas personas nunca habían visto esas palabras, mucho menos escrito como para saber en qué parte del teclado se acomodaban.
Via: Cracked